CRONOLOGÍA DE LA BIENAL NACIONAL DE NOVELA
JOSÉ EUSTASIO RIVERA
ANTECEDENTES
Para conmemorar el Centenario del nacimiento de José Eustasio Rivera, el Congreso de la República, por iniciativa del senador Guillermo Plazas Alcid, aprobó la Ley 42 de 1988, mediante la cual, se crea entre otras La Bienal Nacional de Novela. El objeto de la Ley, fue facilitar los recursos necesarios para dicha conmemoración, además de la realización de obras como el Centro de Convenciones José Eustasio Rivera. Sin duda, se trató de una iniciativa que mirándola detenidamente cumplía varios propósitos: el primero de ellos, rendir homenaje al mayor de los cantores de este Valle de las Tristuras y, por otra, construir, dotar y poner en funcionamiento el centro de cultura que llevara su nombre.
Como todas las cosas de buenas intenciones en el país, desde sus inicios, ha tenido que recorrer un camino bastante tortuoso que va, desde la inclusión de la partida inicial para el comienzo de la celebración del Centenario y el inicio de la obra material, fijada en $80.000.000 millones de pesos de la época; hasta la edición completa de la obra literaria del autor conmemorado, incluyendo conferencias, evocaciones, documentos relacionados con su vida político-cultural.
Para muchos, evocar es recordar y eso es sencillamente lo que se pretende a través de esta nota, porque no puede ser de otro modo, entre otras razones, porque en las rememoraciones están las reflexiones sobre las contradicciones que se dieron en un momento dado, lo que sin duda, puede explicar de alguna forma como se presentaron y qué grado de ingerencia tuvieron quienes estaban al frente de la responsabilidad histórica, de donde parte un asunto como la adquisición del lote de la vieja cárcel de Neiva, la demolición de la misma, la colocación de la primera piedra y el inicio de la obra en sí, asuntos en los que tiene que ver la figura de Guillermo Plazas Alcid y el gobernador Félix Trujillo Trujillo, obra que prosiguieron casi todos sus sucesores.
Por estar el doctor Guillermo Plazas Alcid, directamente comprometido en la ejecución de dicho proyecto, a través de esta faceta de su vida, podemos apreciar ya no el hombre político, de grandes lides de plazas públicas con su partido, sino, que desde entonces podemos saber a ciencia cierta, de su enorme interés por la cultura, de su convencimiento por la bondades de la educación, donde caben sus iniciativas y apoyo a los colegios de bachillerato nocturno, su gran impulso a la universidad Surcolombiana, la creación de la Fundación Tierra de Promisión, lo que está reflejado en diferentes artículos en el semanario El Debate, en iniciativas de obras en la ciudad Neiva como el estadio de fútboll que lleva su nombre, los colegios de bachillerato y la universidad, razón por la cual recibe reconocimiento y testimonios de sus conciudadanos.
Podría pensarse que esas múltiples actividades dejaran de lado la Bienal Nacional de Novela. No, al contrario la misma se estructuró a tal punto, que siendo alcalde de la ciudad, el Honorable Concejo Municipal avaló su proyecto mediante el Acuerdo 052 de 1996 y años después involucra en el mismo a la Universidad Cooperativa de Colombia, mediante convenio Interinstitucional del 30 de diciembre de 2000.
Este hombre sencillo ha ido madurando su pensamiento, adaptándolo al espíritu de la modernidad y al medio en el que le ha correspondido desenvolverse, lo que equivale al derecho de pensar y respetar el pensamiento del otro, en una sociedad difícil, en donde el principio a la vida, bien y honra no está plenamente garantizado, sino, que más bien sean parte de la capacidad de coexistir para ser testigos y arbitro de asuntos relacionados con el bienestar común de sus conciudadanos.
BREVE RESEÑA
En la celebración del primer Centenario del nacimiento de José Eustasio Rivera, se hace un enorme esfuerzo histórico, cultural, artístico y literario. Bajo la Coordinación de Isaías Peña Gutiérrez, se llevan a cabo conferencias, recitales poéticos y la edición de la obra completa del poeta y novelista homenajeado. También llegan a la ciudad por iniciativa de Isaías destacados escritores: Germán Espinosa, Manuel Mejía Vallejo, Rafael Humberto Moreno Durán, Armando Orozco, Marco Tulio Aguilera Garramuño, Benhur Sánchez Suárez, a los que se suma un número importante de escritores y artistas locales.
En realidad, después de la fiesta de Los Papelipolas con Gonzalo Arango, paseando las calles de Neiva en burro, en el Festivalito Cultural de Neiva en 1957, no se había dado algo parecido desde entonces. En la fiesta del Centenario, como es de suponer, la atención se centró en determinados personajes de la vida cultural y política del momento. Tal vez, los eventos más significativos fueron la premiación del ganador de la Primera Bienal, Marco Tulio Aguilera Garramuño, la entrega de la obra de José Eustasio y, con seguridad, el inició de una nueva etapa de las letras del Huila, porque no fue solo instalar y dejar a la deriva una velada, sino, crear un espacio que han conservado con éxito sus organizadores A pesar de todas las dificultades, la Bienal existe desde 1988 y se prepara para continuar adelante, con el apoyo del Municipio de Neiva a través de su alcalde y la Dirección de Cultura.
En el país han existido y existen muchos concursos de cuento, poesía y novela. Sin embargo, ninguno cuenta con Ley del Congreso de la República ni Acuerdo del respectivo Concejo de la ciudad donde se desarrolla, no obstante, en esas ciudades, existe más compromiso y más identidad con esos eventos, que el que le brinda la clase dirigente y el ciudadano común a una actividad de esta naturaleza en nuestra urbe.
No se puede negar que la vida cultural, intelectual y política en nuestro medio ha ampliado su radio de acción, tampoco se puede negar que muchos habilidosamente han sacado partida de ello, conjugando una serie de elementos, en donde cabe mencionar la desaparición paulatina del proceso de secularización que la había caracterizado, con lo que se da apertura procesos de individualización de la expresión de la cultura y el arte, lo que de paso fortalece el individualismo como base y fundamento del desarrollo de una sociedad en crisis y gravemente deteriorada en la concepción de sus valores, marcada por el desconocimiento de los suyos y, por ende, la falta de enseñanza en las escuelas, colegios y universidades de los hombres y mujeres que precedieron a Rivera, asunto que nos permite tener un panorama más amplio de las letras huilenses.
El doctor Guillermo Plazas y el Huila, deben tener claro que desde el 12 de febrero de 1988, cuando se decidió el ganador de la Primera Bienal Nacional de Novela, la historia literaria del Departamento es otra porque, desde entonces, muchos hombres del país dedicados a las letras, se han fijado en esta comarca con el propósito de dar a conocer sus obras o ganarse la Bienal. Ahora bien, el tiempo que no se detiene nos indica que la Fundación Tierra de Promisión, convoca con el entusiasmo de siempre a los escritores del Departamento y el país para que participen de uno de los legados más importantes que han recibido estas tierras, por eso, debemos recordar a Thedor Adorno, cuando expresó: “Hay que saber reorientar el pensamiento y la acción para que la barbarie no se repita”.
LA FUNDACIÓN TIERRA DE PROMISIÓN
La Fundación Tierra de Promisión (Ley 42 de 1988) La Alcaldía de Neiva (Acuerdo 052 de 1996) y la Universidad Cooperativa de Colombia (Convenio Interinstitucional entre la Fundación Tierra de Promisión y la Universidad Cooperativa de Colombia, de 30 de diciembre de 2000), son las instituciones responsables de la Bienal Nacional de Novela José Eustasio Rivera.
La Fundación para la Enseñanza y Promoción de los Oficios y las Artes, Tierra de Promisión, fue creada el 13 de julio de 1984 y en el Acta de Constitución intervinieron 260 personas. La misma cuenta con tres instrumentos operativos a saber: Ley 42 de 1988, Acuerdo 052 de 1996 y el Convenio Cultural Interinstitucional con la Universidad Cooperativa de Colombia, de 30 de diciembre de 2000. En el Artículo 4º. De la Ley 42 se lee: “Establécese la Bienal de Novela Colombiana, o de Crítica Literaria, a partir de 1988, y deléguese su organización a la Fundación para la Enseñanza y Promoción de los Oficios y las Artes, Tierra de Promisión, con sede en la ciudad de Neiva”.
LEY 42 DE 1988
(septiembre 16)
LEY POR LA CUAL SE INSTITUYE LA BIENAL NACIONAL DE NOVELA “JOSÉ EUSTASIO RIVERA”, Y SE ORDENA LA CONSTRUCCIÓN DEL CENTRO CULTURAL Y DE CONVENCIONES EN HOMENAJE DEL ILUSTRE NOVELISTA Y POETA HUILENSE, LEY DE LA CUAL ES AUTOR EL DOCTOR GUILLERMO PLAZAS ALCID.
LEY 42 DE 1988
(septiembre 16)
Por la cual se conmemora el centenario del nacimiento de un eximio ciudadano, y se dictan otras disposiciones.
El Congreso de Colombia,
DECRETA:
Artículo 1º. La Nación se asocia el júbilo de las letras americanas con motivo de la celebración del primer centenario del nacimiento de una de sus mayores glorias; el poeta y novelista José Eustasio Rivera.
Artículo 2º. En homenaje al ilustre escritor colombiano José Eustasio Rivera, el Congreso Nacional contratará con cargo en su presupuesto, la elaboración de un retrato al óleo, el cual será colocado en ceremonia especial en lugar prominente del Capitolio Nacional.
Artículo 3º. Ordénese, bajo la dirección del Ministro de Educación Nacional, la recopilación, preparación, edición y distribución de la obra completa del novelista y poeta huilense José Eustasio Rivera. Los ejemplares de esta obra se destinarán a las bibliotecas escolares.
Artículo 4º. Establécese la Bienal de Novela Colombiana, o de Crítica Literaria, a partir de 1988, y deléguese su organización a la Fundación para la Enseñanza y Promoción de los Oficios y Artes, Tierra de Promisión, con sede en la ciudad de Neiva.
Artículo 5º. En la ciudad de Neiva, cuna del novelista y poeta José Eustasio Rivera, el Gobierno Nacional por conducto del Ministro de Obras Públicas y Transporte proyectará, construirá, dotará y pondrá en funcionamiento un centro de cultura popular denominado José Eustasio Rivera.
La actividad cultural de este centro, estará programada y dirigida por el Ministerio de Educación Nacional, o por la entidad que éste señale.
El Gobierno propondrá la inclusión de ochenta millones de pesos ($80.000.000) en el presupuesto Nacional de la vigencia fiscal siguiente a la expedición de la presente Ley con destino al cumplimiento del presente artículo.
Artículo 6º. Autorízase al Gobierno Nacional para celebrar los contratos que se requieran para el cumplimiento de los artículos anteriores.
Artículo 7º. El Gobierno Nacional propondrá la inclusión de cincuenta millones de pesos ($50.000.000) en el Presupuesto Nacional de la vigencia fiscal siguiente a la expedición de la presente Ley, los cuales se destinarán al cumplimiento de lo ordenado en sus artículos 2º. Y 3º.
Artículo 8º. El Gobierno Nacional queda facultado para realizar los créditos, contra- créditos y efectuar las operaciones que sean necesarias para dar cumplimiento a lo dispuesto en los artículos anteriores.
Artículo 9º. La presente Ley rige s partir de la fecha de su promulgación.
PRIMERA BIENAL NACIONAL DE NOVELA “JOSÉ EUSTASIO RIVERA” 1988
OBRA PREMIADA: LOS PLACERES PERDIDOS
AUTOR: MARCO TULIO AGUILERA GARRAMUÑO
ACTA DEL JURADO
En Bogotá, a los 12 días del mes de febrero de 1988, se reunieron los siguientes integrantes del jurado designado por la fundación Tierra de Promisión, Néstor Madrid-Malo, Benhur Sánchez Suárez y Gustavo Alvarez Gardeazábal para otorgar el único premio de que hablan las bases y luego de una discusión sobre las 32 novelas presentadas se acordó:
1. Preseleccionar las novelas “Ruth”, “Las campanas son nuestras”, “Siempre es posible verlos al pasar”, “Coso”, “Venturas y desventuras de un Frenáptero”.
2. Escoger como ganadora la novela “Venturas y desventuras de un Frenáptero”, de Marco Tulio Aguilera Garramuño; y,
3. Recomendar a la Fundación Tierra de Promisión la publicación de la novela “Siempre es posible verlos al pasar”, de Leonardo Peña Calderón.
El jurado:
Néstor Madrid-Malo
Benhur Sánchez Suárez
Gustavo Alvarez Gardeazábal
NOTA: La obra participó bajo el título de Venturas y desventuras de un Frenáptero y luego se publicó con el título de Los Placeres Perdidos.
LO PICARESCO, FUNDAMENTADO EN LA IRONIZACIÓN
Su novela “Los placeres perdidos”, es la historia de un hombre que recibe distintos nombres de sus tías: Adolfo, Dolfo, Delfín…, ellas lo veneran, le respetan sus andanzas por Cali y Pance con su maletín y útiles: Rapidógrafo, lapicero fino de arquitecto, de tinta verde, una flauta que toca con asombro de enamorado - asunto habitual en él- un frasco de mermelada, varios cuadernos en donde están escritas seis o siete novelas que inició con el conocimiento de las primeras letras, en caracteres góticos y viñetas, lo que le ha valido fama de genio, a lo que agrega algunas partituras de su ingenio, inconclusas, igual que las novelas. En uno y otro trabajo se concibe un mundo sin absolutos, sin pretensiones y con una percepción generalmente equivocada, en donde el erotismo es la prueba fundamental de la existencia, la confirmación suprema de la ironía, la fantasía y la recreación de historias para cuestionar y persuadir a través de la riqueza propositiva exagerada, algunas veces, en lo irónico y en el énfasis de los devaneos eróticos y de las múltiples aventuras sexuales, en donde los símbolos, parodias y escenarios sirven para cuestionar las costumbres y formas de vida de una sociedad en la que amor y muerte forman el complejo ritual que la reinterpreta; de ahí que el cuerpo del joven Adolfo no sólo sirve de recuerdo incestuoso de las tías, sino que también es fuente de deseo de quienes lo ven, asunto al que no escapa ni siquiera el ilustre profesor Paz.
Adolfo es desbordado por los acontecimientos y los sueños, como el de tener un piano doméstico de gran calidad, negro retinto, igual a un corcel árabe, para ponerle música al mundo; por lo que proyecta adaptarle ruedas para llevarlo tirado de una bicicleta por todas partes, pero también escribe con la ilusión de ganarse un premio para la cuota inicial de Steinway; desarrollar su carrera con el piano portátil en la Plaza Caicedo y Cuervo para comprar con las ganancias un instrumento llamado Cromuno del siglo XVIII, en una tienda de Rótterdam.
MARCO TULIO AGUILERA GARRAMUÑO. Nació en Bogotá en 1949. Ha publicado los libros : Breve historia de todas las cosas (novela), 1975; Alquimia popular (cuentos), 1979; El arte como problema (conferencia) con varios autores, 1979; La cuadratura del huevo (ensayos), 1979; Cuentos para después de hacer el amor, 1983; Paraísos hostiles (novela), 1985; Mujeres amada (novela), 1988; El juego de las seducciones (novela),1989; Los placeres perdidos (novela), 1989; Los grandes y los pequeños amores, (cuento), 1990; Las noches de Ventura (novela), 1995; Buenabestia (novela), 1995; Las pasiones extrañas (cuento), 1993. Ganó la Primera Bienal de Novela José Eustasio Rivera en 1988, con los Placeres Perdidos, el titulo con el que participo la obra es: Venturas y Desventuras de un Frenáptero.
SEGUNDA BIENAL NACIONAL DE NOVELA “JOSÉ EUSTASIO RIVERA” 1990
OBRA PREMIADA: LA ESTRELLA DE PAPEL
AUTOR: ENRIQUE CABEZAS RHER
ACTA DEL JURADO
El jurado de la II Bienal de Novela “José Eustasio Rivera”, constituido por Manuel Mejía Vallejo, Álvaro Pineda Botero y Germán Espinosa, reunido en la ciudad de Bogotá el día 21 de agosto de 1990, ha llegado a las siguientes conclusiones:
1º.) Leídas las treinta y nueve (39) novelas concursantes, queremos destacar la buena calidad de buen número de obras presentadas.
2º.) Luego de deliberar, hemos decidido otorgar el Premio de la II Bienal de Novela José Eustasio Rivera a la obra titulada La estrella de papel, firmada con el seudónimo Neptuno Mar.
3.) Como finalistas hemos escogido las obras tituladas Cucarachita Nadie, firmada con el seudónimo El Viejo, y Los guerreros de la montaña blanca, firmada con el seudónimo El Jaguar.
Acta dada en Bogotá el 21 de agosto de 1990.
El Jurado:
Manuel Mejía Vallejo
Álvaro Pineda Botero
Germán Espinosa.
Abiertos los sobres en sesión extraordinaria del Consejo de Promotores de la Fundación “Tierra de Promisión” se encontró que los nombres escogidos por el jurado fueron así:
“La Estrella de Papel”, firmada con el seudónimo Neptuno Mar, novela designada como ganadora de la Segunda Bienal de Novela “José Eustasio Rivera”, correspondió al nombre de Enrique Cbezas Rher; “Cucarachita Nadie”, firmada con el seudónimo “El Viejo” y escogida por el jurado como primera finalista, correspondiente al nombre de Mario Escobar Velásquez y la novela “Los guerreros de la montaña blanca”, segunda finalista, firmada con el seudónimo “El Jaguar”, correspondió a Bernardo Valderrama Andrade.
LA OBRA Y SU ENTORNO
La historia de “La estrella de papel” es común, familiar, y tiene el ambiente que quizá sea el propicio en la alternancia de los planos temporales, en razón de la vivacidad compleja y sugerente en algunos casos de la vida de los burócratas, el papel que desempeñan en la sociedad, la relación entre sí y con los demás, lo que lleva a comprender el valor y el alcance propuesto, al reflejar una verdad que aparentemente es asunto de algunos, para hacerla desembocar con precisión en realidad absurda, conectada en el relato por memorandos que dejan en claro el clímax y a menudo la sátira y los cuestionamientos con los que va recreando lo cotidiano, la mojigatería y las contradicciones, que hacen resaltar no sólo la vida de esas personas, sino también, la forma como están inmersas en el mundo y en la memoria del entorno; lo que se aprecia desde el comienzo por los vicios y costumbres de los burócratas, amaestrados por la dirigencia gubernamental, por lo que son llevados a un desfile militar en donde el presidente y los soldados rinden tributo a la bandera, partiendo del palacio de gobierno, transitando por la carrera séptima donde está el conserje Ismael Mondragón, personaje horrible, poderoso e imprescindible del sistema; puente de comunicación entre el pueblo y sus superiores a los que trasmite por señales, gestos y voz ronca, cuanto ocurre.
Esto que aparenta ser ficción, resulta ser la verdad del país y representa una forma de ser tradicional, en donde el presente tiene sentido por el pasado, porque todo ha sido así, de ahí que sea una realidad calamitosa, degradante y descarnada, que muestra el estado de sumisión de un pueblo, sujeto a los políticos corruptos en alianza con la iglesia, terratenientes y empresarios; por lo que no hay reivindicaciones, sino que los elementos claves del estamento le sirven de soporte para mantenerlo, tal como se aprecia con las recomendaciones para conseguir empleo del senador Misael Cortéz, ser despreciable y ruin, que se baja los calzones y muestra el pene en las recepciones, sin embargo, es instrumento eficaz del sistema en ese mundo desesperanzado.
ENRIQUE CABEZAS RHER. Nació en Guapi, Departamento del Cauca en 1941, cursó sus primeros estudios en Buenaventura y Cali. Estudió Sociología y Ciencias Políticas y Administrativas. Es Magíster en Administración Industrial. Recibió primera mención en la Revista Innova en 1966, mención en el Concurso de Cuento de la Universidad Externado de Colombia en 1972 y el Concurso de Ciudad de Ibagué en 1971 y 1972. Segundo Premio en el Concurso de Cuento “Máximo Gorki” de la Embajada Rusa y el Instituto Colombo - Sovietico en 1972. Obtuvo el Segundo Premio en el Concurso de Cuento Mundo Visión, en 1973; el Tercer Premio en el Concurso Cultural de Bolívar, en 1974. Fue primera mención en el Concurso del Instituto Cultural de Popayán en 1976. Primer premio en el Concurso de Cuento Prensa Nueva de Ibagué en 1988.
Su primera novela, Miro tu lindo cielo y quedo aliviado, ganó el primer puesto en la Bienal de Novela de 1981 en Calí. En 1987, semifinalista en el Concurso de Novela Plaza & Janes, con Luisa o el Infierno Rosado. La Estrella de Papel, su tercera novela obtuvo el primer premio en el Concurso de Novela Ciudad de Pereira en 1988. Otras novelas suyas son: Los días que están dentro del Espejo y el Capitán del Capitán. Ganó la Segunda Bienal de Novela José Eustasio Rivera en 1990, con La Estrella de Papel.
TERCERA BIENAL DE NOVELA “JOSÉ EUSTASIO RIVERA” 1992
OBRA PREMIADA: NO MIRES ATRÁS
AUTOR: JUAN CARLOS RUBIANO
ACTA DEL JURADO
El día 23 de julio de 1992, se reunieron en la ciudad de Santafé de Bogotá los señores Germán Castro Caicedo, Mario Jursich y Juan Luis Mejía, en su calidad de jurados de la III Bienal Nacional de Novela “JOSE EUSTASIO RIVERA”, convocada por la Fundación “Tierra de Promisión”.
Previa lectura de las veintinueve (29) novelas presentadas por la entidad organizadora, los jurados, luego del análisis de las obras han decidido por unanimidad:
1º) Otorgar el primer premio a la obra “No mires atrás”, firmada con el seudónimo de “Tito”.
2º) Señalar como finalista a la obra “El libro secreto de Milton Wholman”, firmada por Josué López Rodríguez.
Acta dada en Santafé de Bogotá D. C., el 23 de Julio de 1992.
El Jurado:
Germán Castro Caicedo
Mario Jursich
Juan Luís Mejía.
Abiertos los sobres en sesión extraordinaria del Consejo de Promotores de la Fundación “Tierra de Promisión” realizada el 24 de Julio de 1992, se encontró que los nombres escogidos por el jurado fueron así:
“No mires atrás”, firmada con el seudónimo “Tito”, novela designada como ganadora de la Tercera Bienal de Novela “José Eustasio Rivera”, correspondió al nombre de Juan Carlos Rubiano Vargas; “El libro Secreto de Milton Wholman”, firmado con el seudónimo de “Josué López Rodríguez” y escogido por el jurado como Finalista, correspondió a Benhur Sánchez Suárez.
LAS PAUSAS DE LA TRAGEDIA
Es interesante el contrapunteo narrativo, en donde hay una predisposición fragmentaria de la historia, que de a poco se va metiendo en la mente del lector por medio de acontecimientos que se van rearmando mediante la rememoración y a través de una búsqueda ansiosa del ser perdido, amado y ausente-presente, lo que genera indagaciones delíricas, caóticas, en un ambiente y una atmósfera sórdidos, en un medio telúrico en donde se lucha, se proyecta y explica en cierto sentido la tragedia al descubrir en un encuentro fortuito la amada, convertida en indigente, lo que no deja de ser más que una ironía, porque Arturo en medio de la noche y en el encuentro casual la reconoce y decide matarla para terminar con su dolor.
El narrador referencia la decepción amorosa de Arturo y Marcela al momento de conocerse, casi sin hacer juicios, dándole dinamismo a la historia, por lo que al cumplir diez años de matrimonio encuentran una extraña relación con el número 13 y él en esa búsqueda, en ese desdoblamiento, intenta darle una explicación al accidente aéreo en el que iban 53 pasajeros, 2 cabineras, el piloto y el copiloto. De pronto se le viene a la mente un viejo accidente y un cuadro donde hay un árbol del que brotan gusanos con cabeza de caballo que pintó Arturo 16 años atrás. Esos elementos crean la atadura, las peripecias, la realidad y la teoría sobre los accidentes aéreos, las especulaciones sobre los seguros y la idea de que los pasajeros fueron drogados con escopolamina, abandonados en una pista clandestina y el avión utilizado en el tráfico de drogas, lo que nos indica que el narcotráfico emerge con gran dinámica en una región propicia y en donde la gente tiene gran predisposición a ello, en razón a que proporciona dinero fácil, de ahí que lo expuesto sea totalmente válido, máxime cuando Tito y el señor X ven la oportunidad de sacar ventaja del insuceso aunque parezca un poco fantasioso, porque se presume que los narcotraficantes no pueden dejar rastros.
La dinamización de la narración se acentúa en las contradicciones que van fluyendo mediante movimientos cinematográficos y conversaciones de autorreflexión, donde se aprecia a un Pablo ambicioso, egoísta y calculador, frente a un Arturo dudoso, indeciso, con aura de enamorado en el pasado y con la imagen de Ana, la mujer amada que había desaparecido hacía quince años, dándole vueltas en la cabeza, asunto que es aprovechado por éste para sacarle una buena suma de dinero mediante una trampa.
JUAN CARLOS RUBIANO VARGAS. Nació en Bogotá el 8 de julio de 1959. Finalista en el Concurso Nacional de Cuento Gobernación del Quindío, en 1980. Primer premio al primer Concurso Nacional de Crítica Cinematográfica de Focine en 1981. Primer premio en el Primer Concurso Latinoamericano del Libro de Cuentos de la “Revista del Sur” y la Universidad de la Sorvona, París, 1991. Primer premio al mejor guión al Concurso Nacional de Video Ficción “Demetrio Aguilera Malta” convocado por Asocine, Quito, 1991.
Entre sus libros están: Crónicas Sincronicas de Jody Bayone – reportero, Tres exóticas Aventuras de Ray López: Detective privado. Ganó el concurso de Cuento del Tiempo. Ha realizado cine, televisión y publicidad.
Ganó la Tercera Bienal Nacional de Novela José Eustasio Rivera con No mires atrás.
CUARTA BIENAL NACIONAL DE NOVELA “JOSÉ EUSTASIO RIVERA” 1994
OBRA PREMIADA: MURIEL, MI AMOR
AUTOR: ALBERTO DUQUE LÓPEZ
ACTA DEL JURADO
El día 31 de agosto de 1994, se reunieron en la ciudad de Bogotá, los señores Eduardo Santa, Isaías Peña Gutiérrez y Carlos Orlando Pardo, en su calidad de Jurados de la IV Bienal Nacional de Novela “José Eustasio Rivera”, convocada por la Fundación Tierra de Promisión.
Previa lectura de las 21 novelas presentadas por los aspirantes al premio, los jurados, luego del análisis de dichas obras, han decidido por unanimidad:
1º) Otorgar el primer premio a la obra “MURIEL MI AMOR” firmada con el seudónimo de Horacio Oliveira.
2º) Señalar como finalistas las siguientes obras:
“VUELTA DE CAMAPANA”, firmada con el seudónimo, Juan José Cruz; “LOS FUNERALES”, firmada con el seudónimo, Arturo Cova; “EL OTRO”, firmada con el seudónimo, Tanino; “LA NOVEDAD OBSECENA DEL AMOR”, firmada con el seudónimo, Vishnu.
3º) Los jurados dejan constancia de que la mayor parte de las obras presentadas. Además de reunir las condiciones exigidas en las bases del concurso, tienen buena calidad literaria, circunstancia esta que nos anima a recomendar a los organizadores de este concurso, que continúen convocándolo periódicamente, en la seguridad de que con él se estimula notablemente el cultivo del género novelístico de nuestro país.
Para constancia se firma en la ciudad de Bogotá, el 31 de Agosto de 1994.
El Jurado:
Eduardo Santa
Isaías Peña Gutiérrez
Carlos Orlando Pardo.
LA MÚSICA DEL PIANISTA Y EL CORO DE CANARIOS
Los libros de Alberto Duque López tratan asuntos de gentes sencillas, preocupadas por problemas comunes como el amor, el sexo y el aspecto físico, ubicados siempre en las calles de los barrios pobres y periféricos de Puerto Colombia y Barranquilla. En ellos va recobrando sueños, ensueños y remembranzas, a manera de flash-back, de distintos acontecimientos que van desde el asesinato de tres mujeres una noche de carnaval por un estudiante de Barranquilla, hasta las rememoraciones de Alejandra con la música del pianista al que hacen coro diez canarios enjaulados, o Alejandra trabajando en el periódico a la madrugada, en la sala de redacción repleta de colillas, latas de gaseosa, cervezas y cuartillas arrugadas, en donde aparece por primera vez el hombre gordo... sí el hombre gordo de Muriel, “solo, triste, abandonado como los cuerpos de los muchachos que un mediodía se tomaron la Embajada, estaban desesperados, gritaban, chillaban como locos, temblaban, tiemblas con el frío mientras va caminando a pocos pasos de la señora que quiso hacer las compras de Navidad, de una vez mientras el marido se quedaba escuchando los discursos y echando de menos los barquitos que cada hora salen del muelle y dan la vuelta a Manhattan...”, de esa forma analiza la situación política, la que asume y presenta con índole testimonial, con fuerza, argumentación y profundo contenido crítico, cuidándose de no confundir, a la vez que hace minuciosas referencias a distintos aspectos de la vida nacional en su estilo característico, amainado de ricas imágenes lírico-metafóricas para mostrarnos la vida en continúo movimiento, en la ciudad o en las inmediaciones de un pueblo.
El amor y la violencia se entrecruzan para crear expectativas, enigmas y alucinaciones que se sintetizan en crímenes atroces, o en el triángulo de amor visualizado a través de una acumulación de recuerdos de sueños, de fantasmas y de experiencias traumáticas que desdoblan la psiquis..:”O un experimento que quiere visualizar muchas desesperanzas, o un divertimento, o una broma macabra, o un intento para darle una nueva piel al erotismo que puede nacer de un fragmento de jazz escuchado en medio del humo, a las tres de la madrugada”.
ALBERTO DUQUE LÓPEZ. Nació en Barranquilla en 1943. Ha publicado entre otros los siguientes libros: Mateo el flautista, Premio Esso, 1968; Mi revolver es más largo que el tuyo; El pez en el espejo, Alejandra. Ganó la Cuarta Bienal Nacional de Novela “José Eustasio Rivera” con Muriel Mi Amor. Colabora con diarios y revistas nacionales y extranjeros con cuentos, ensayos, reportajes y artículos sobre temas literarios y cinematográficos.
QUINTA BIENAL NACIONAL DE NOVELA “JOSÉ EUSTASIO RIVERA” 1996
OBRA PREMIADA: EL TIEMPO DE LAS SOMBRAS
AUTOR: BORIS SALAZAR
ACTA DEL JURADO
En nuestra condición de jurados calificadores del concurso literario V Bienal de Novela José Eustasio Rivera, convocado por la Fundación para la enseñanza y promoción de los oficios y las artes: Tierra de Promisión, hoy, 30 de julio de 1996, tras la lectura y análisis de las 53 novelas participantes, decidimos, en forma unánime, otorgar el primer premio a la obra “El Tiempo de las Sombras”, firmada con el seudónimo de Joan, de la cual destacamos el acierto en el manejo de la estructura, que permite al lector participar en la trama, familiarizarse con los personajes, acceder a una historia actual y universal, que dentro de lo escabroso y sórdido del tema (mafias hispanas y orientales en Estados Unidos), logra a través del lenguaje un buen manejo de los espacios y una constante de buen humor que oxigena la atmósfera narrativa.
Como finalistas fueron seleccionados: Yerba Roja, firmada por Rogelio Caribe; Aroma de Eucaliptos, de Eduardo Cabascango, y Violeta se divierte en el jardín, de Sebastián del Campo.
Consideramos que el número de novelas recibidas, la procedencia de diversos lugares de Colombia y del exterior, la variedad de temas y propuestas, más el aceptable promedio de la calidad literaria, son evidencia de cómo muchos hombres y mujeres colombianos asumen el oficio de la literatura como importante vehículo de expresión que, además, fortalece la identidad cultural de nuestro país. En consecuencia, recomendamos a los organizadores no sólo persistir en esta convocatoria, sino tratar de publicar también por lo menos una segunda obra, escogida entre las finalistas. Con esta decisión, aparte de fortalecerse el ya cimentado prestigio de la Bienal y estimular a los autores nacionales, se haría otro sólido aporte a la cultura colombiana.
El jurado:
Alberto Duque López
Germán Santamaría
Ignacio Ramírez.
Santafé de Bogotá, 30 de julio de 1996.
EL SUEÑO AMERICANO
En la novela hay una alegoría referida a la travesía de los latinos al sueño americano, en especial los colombianos; por eso, desde el principio, en su novela, El tiempo de las sombras, el narrador está recordando que nació en Colombia, pero sabe de lo duro de la vida en Estados Unidos, sobre todo cuando no se tienen ni siquiera proyectos de vida, es decir, se vive al día. Al ser llevado a Jackson Heights descubre un lugar tétrico donde la gente vive en función del dinero y de las apariencias y puede darse cuenta que ese es el reino de las víctimas, especialmente de los viejos que son arrastrados con promesas e ilusiones hasta encontrarse con los ricos sonrientes, tratando de venderles el sueño americano de la Florida: piscina, club de tenis, sauna y miles de amigos de la tercera edad, reflejan la subjetividad del entorno. La combinación de la ficción con elementos de la realidad deja ver un mundo de violencia, drogas y rencores, en un medio en el que todos son extraños, pobres, rebuscadores y discriminados. Es una sociedad que va transformando en comercio todo, igual a una inmensa tienda en la que no hay espacio para los más pobres, quizás por estas razones, es un concientizador moviéndose en un mundo difícil en el que existen distintas correlaciones, pero con elementos recurrentes como la pobreza, la desesperanza y el abandono estatal que convierte al hombre en víctima del mundo mercantilista destructor, misterioso y de efímeras sonrisas, de ahí que el lector también sea parte de un sistema político, económico, religioso y socio cultural que se fundamenta en la ley del más fuerte.
La obra tiene señales de identidad sobre una base sólida de unidad y circularidad, un buen tratamiento estético, con presencia de imágenes fantásticas, con muy buenos enlaces en la configuración ideológico-social del discurso narrativo, por lo que se nota una búsqueda que determina la mirada crítica y sensible del discurso, especialmente en el registro doloroso de la realidad, de la visión pesimista a través de ese mundo sórdido y marginal que deja de lado lo paradisíaco de la utopía americana. Esto le sirve, a la vez, para ir recordando la ilegibilidad de su última novela en la que 235 personajes en 2.000 páginas dejan ver cómo la desgracia acaba con la posibilidad de sobrevivir.
BORIS SALAZAR. Nació en Ibagué el 22 de septiembre de 1955. Economista, PHD en Economía y profesor en la misma área en la Universidad del Valle. Ha publicado la Otra Selva, 1991; El Sueño de Mamá, 1992; Ojos Verdes Piel Canela, 1992; Fatboy, 1992; Caravana, 1992. Ganó el concurso Latinoamericano de Cuento. Finalista del Concurso Nacional de Cuento de la Universidad Nacional, sede Medellín, con Historia de Amor de un inquilinato de la calle veinte. Ganó el Concurso Nacional de Novela Ciudad de Pereira, con la obra Mil Novecientos Veintiocho, finalista del Concurso Nacional de Novela de Colcultura con Sombras Nada Más. Ganó la Quinta Bienal de Novela José Eustasio Rivera en 1996, con el Tiempo de las Sombras.
SEXTA BIENAL NACIONAL DE NOVELA “JOSÉ EUSTASIO RIVERA” 1998
OBRA PREMIADA: DE RUMBA CORRIDA
AUTOR: ADALBERTO AGUDELO DUQUE
ACTA DEL JURADO
Reunido en la ciudad de Medellín el día 31 de Julio de 1998, en la sede de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina, el jurado calificador de la Sexta Bienal de Novela – José Eustasio Rivera – integrado por los escritores Rafael Humberto Moreno Durán, Fernando Cruz Kronfly y Darío Ruiz Gómez y una vez analizadas las cincuenta y dos (52) novelas presentadas al concurso, llegó por decisión unánime al siguiente veredicto:
1º) Otorgar el primer premio a la novela “De rumba corrida” presentada bajo el seudónimo de “Clítoris de la Rotta”.
2º) Así mismo quiere destacar por su calidad las siguientes novelas:
“Tremenda atmósfera” seudónimo Arsenio Cue
“Pensamientos de guerra” seudónimo Eranos
“Apocaplisis bajo la ducha” seudónimo Cleo Keys
“La propiedad” Ramón Illian Bacca.
3º) En constancia de lo anterior firman a continuación los miembros del jurado:
Rafael Humberto Moreno Durán
Fernando Cruz Kronfly
Darío Ruiz Gómez
EL JUEGO DE LA VIDA
De Rumba Corrida no es una novela convencional, sino más bien un juego de la imaginación, mediante el cual el narrador va asociando una serie de eventos, a veces ambiguos, en donde se van configurando personajes sórdidos, casi siempre visualizados pero con diferentes estado de conciencia, por medio de diversos elementos participativos en el conjunto narrativo, lo que nos deja ver la complejidad del mundo que se pretende expresar en el desarrollo del texto, en donde una mujer espera al hombre que ama, con los recuerdos del hijo que una vez pensaron tener. Son recuerdos amargos, fatigantes, porque en ellos está la costumbre de esperarlo todas las noches con la idea de besarlo, abrazarlo, gritar y amar. Es decir, la entrega total por la nada, por lo que fue y la hizo sentir feliz y mujer, pero que, en adelante todo será tristeza y silencio, desde el momento en que franqueó la puerta y partió con la esperanza y la ilusión del hijo, a sembrarlo en otro vientre. Sin embargo, el hombre también añora a su hijo, lo supone fuerte, rebelde, luchando para salir del abandono y la pobreza, de las necesidades, de los condicionamientos del patrón y de la ropa prestada. La tragedia los atormenta y los lleva al reproche por el hijo que malograron. El relato continúa en un marco de contrastes, tristezas, con distintas descripciones y reflexiones sobre la incertidumbre y los destrozos del comportamiento de cierta manera irracional, en concordancia con el tono angustioso y complejo, evocativo y revelador del nudo de asociaciones en el monólogo incesante de la conciencia prolongada en los recuerdos a pesar del paso del tiempo, de las conjeturas y la nostalgia por lo absurdo de estos y por el acercamiento intimista a los diversos asuntos, donde la razón pierde su validez al dejar los acontecimientos al margen, a la trascendencia del deseo posible bajo un torrente de pasiones, temores y desamores, observando con tristeza, al convertirse la novia en centro de atención con el amado recostado y sostenido contra sus senos, por lo que todas las miradas recaen sobre ellos: gente del pueblo, hombres, mujeres y niños de edades, belleza y condiciones variables: mancos, cojos, tuertos, caratejos y enfermos.
ADALBERTO AGUDELO DUQUE. Nació en Manizales. Licenciado en Idiomas Moderno y Literatura. Ha publicado Suicidio por Reflexión, 1967; Toque de Queda, 1979; Variaciones, 1994; con el que ganó el premio Nacional de Cuento de Colcultura. En 1985 publicó Los Pasos de la Esfinge; Los Espejos Negros, 1991; Javier Carbonero, 1997; Falsas Verdades en 2002; Toque de Queda y Reloj de Luna en 2000. Ganó la Sexta Bienal de Novela José Eustasio Rivera en 1998, con De Rumba Corrida.
SEPTIMA BIENAL NACIONAL DE NOVELA “JOSÉ EUSTASIO RIVERA” 2000
OBRA PREMIADA: ROSAS PARA FRANZ LISZT
AUTOR: JESÚS RINCÓN MURCIA
ACTA DEL JURADO
Reunidos en la ciudad de Manizales el día 2 de septiembre de 2000, en la sede del Hotel Escorial, el Director de la Fundación Tierra de Promisión, el Delegado de la Secretaría de Educación de la Ciudad de Neiva, el jurado calificador de la Séptima Bienal de Novela José Eustasio Rivera, se procedió a la lectura del Acta y Fallo de la Séptima Bienal de Novela José Eustasio Rivera y a continuación se hizo la apertura de los sobres de identificación correspondientes a la novela ganadora y a las obras destacadas.
El resultado de la identificación es el siguiente:
1. Primer Premio a la novela Rosas para Franz Listz, presentada bajo el seudónimo de Juan Amoroso, autor Jesús Rincón Murcia, de Bogotá.
2. Novelas destacadas:
Pango, seudónimo Caminante, autor Jorge Valderrama Andrade, de Chía.
Entre ráfagas de viento, seudónimo Canopus, autora Claudine Bancelin, de Barranquilla.
Lápiz de guerra, seudónimo La Sinvana, autor Javier Echeverri Restrepo.
En constancia firman a continuación:
Adalberto Agudelo Duque
Mario Escobar Velásquez
Benhur Sánchez Suárez
IMÁGENES Y SUEÑOS MORDACES
Son múltiples y complejos los problemas que abarca Rincón en su novela, que van desde la ambición política de Aníbal Fuentes pasando por el alcoholismo de su mujer Márgara; la relación lesbiana de su hija Alma con la francesa Marie Rose; los intereses arribistas de estos, al pretender un matrimonio por conveniencia de Alma con el conde Geovanni Lozzi hasta llegar al bajo mundo de un músico extranjero en decadencia Franz Liszt, una prostituta hermosa, Victoria, la mesera gorda de un bar Carola, un taxista, Emilio; homosexuales, truanes, pordioseros y vagabundos en general. Todo ello, narrado detalladamente con un análisis y una crítica sólida, representa un conjunto de imágenes mordaces de una sociedad en decadencia e inmersa en una profunda crisis de valores morales y socio-políticos, lo que se deja entrever mediante visiones certeras de situaciones que afloran poco a poco y nos permiten comprender la realidades interiores y exteriores, manifiestas en los amores de dos mujeres, en la vida del bajo mundo, en la degradación de hombres y mujeres que han tocado fondo entre alcohol, drogas; en la convulsionada y agresiva vida nocturna de una ciudad de crímenes y pasiones en la que apenas se sobrevive despiadadamente en los inquilinatos, bares, burdeles, calles: el vagar de unos y otros. Es la miseria, la muerte, la depravación, la injusticia, la violencia urbana acumulada y repetida como una comedia que, generalizada, refleja la impotencia y el abandono del Estado. Sin duda la obra de Rincón tiene unos personajes, una acción, un tiempo y un espacio, que combina muy bien la ficción, lo individual, lo autobiográfico, lo histórico, lo cotidiano y lo social, en los que se presenta al hombre-mujer como una totalidad y en donde se recrea la realidad y la fantasía para dar a conocer lo verdaderamente significativo por medio de un lenguaje poético y expresivo por su contenido, sus imágenes y el ambiente, en general con una gran visión del mundo recreado, lo que nos deja entrever su compromiso con la realidad.
JESÚS RINCÓN MURCIA. Escritor y cantante colombiano. Medalla de Oro XXVI Concurso de Cuentos Ciudad de San Sebastián, España (1983), con Mariposas negras sobre la Ciudad. Medalla Alejo Carpentier como El mejor cuentista inédito (1985), con La muchacha que se fue con tu esperanza. Segundo lugar Premio Nacional de Novela Punch (1984), con Me lo contaron las piedras. Finalista en varios concursos. Columnista de El Tiempo y de Colprensa. Barítono galardonado nacional e internacionalmente. Creador del Premio Aplauso a las Bellas Artes. Ganó la Séptima Bienal Nacional de Novela José Eustasio Rivera con Rosas para Franz Liszt en el 2000.
OCTAVA BIENAL NACIONAL DE NOVELA “JOSÉ EUSTASIO RIVERA” 2002
OBRA PREMIADA: El ÁLBUM DE MÓNICA PONT
AUTOR: OCTAVIO ESCOBAR GIRALDO
ACTA DEL JURADO
En Ibagué, a los 26 días del mes de septiembre de 2002, en la Biblioteca Darío Echandía, los miembros del jurado, Cecilia Caicedo de Cajigas, Jesús Rincón Murcia y César Pérez Pinzón, se reunieron para dar cumplimiento con las bases que convocaron esta VIII Bienal y así otorgar el premio establecido.
Una vez estudiados los originales presentados a esta VIII Bienal y después de discutir las calidades de los mismos, el Jurado, por unanimidad, resolvió otorgar el Primer Premio a la novela titulada:
El álbum de Mónica Pont, presentada con el seudónimo de Mia Liz Betoklas.
El jurado considera que la novela tiene altas calidades pues, con un narrador participante se adentra en la historiografía y desciframiento de los escritos de un colombiano residenciado en España. Construida con buena textura narrativa y como especie de Caja de Pandora la narración tiene una estructura que el lector visualiza en múltiples narratorios.
El texto del narrador incluye la relación de Leonel y María Fernanda. La construcción del texto del narrador incluye los secretos del álbum de Mónica Pont. A su vez los textos de Mónica tienden al desciframiento de los escritos de Leonel. Con esta relación de un texto que encierra a otro y este a otro sucesivo, la novela abre la Caja de Pandora para permitir desarrollar unas líneas argumentativas con las cuales se muestran los sentimientos de amor, amistad, lectura, calles, espacios y, finalmente, las expresiones vitales de todo tipo. Y en esa selva de la modernidad urbana, se instala la línea argumentativa básica sobre el oficio de escribir, representado en Leonel que concluye, como en La Vorágine, perdido en otra maraña, la de la contemporaneidad. Ni rastro de él. Hace cinco meses búscalo en vano el doctor Clemente Silva, mi delegado.
Novela con propuesta estética por su constr4cción, con solvencia y con referentes interesantes sobre poética y arte.
Los jurados ponderan la trayectoria del certamen, el cual, desde 1982, ha venido haciendo homenaje al gran escritor José Eustasio Rivera y felicitan a la Fundación Tierra de Promisión por mantener este estímulo para la literatura colombiana. Durante estos dieciséis años de ininterrumpida labor han sido laureados importantes autores, que hoy son orgullo de la literatura nacional, como Marco Tulio Aguilera Garramuño, Enrique Cabezas Rher, Juan Carlos Pubiano, Alberto Duque López, Adalberto Agudelo Duque, Boris Salazar y Jesús Rincón Murcia.
En constancia firman:
Cecilia Caicedo de Cajigas
Jesús Rincón Murcia
César Pérez Pinzón
Ibagué, septiembre 26 de 2002
LA FUENTE DE LAS VISIONES, LOS SUEÑOS Y LA MUERTE
En El Album de Mónica Pont encontramos la reconstrucción del texto de ésta, al tiempo que se pretende descifrar los escritos de Leonel, citando permanentemente a Rilke e incorporando en la narración secciones, a veces fragmentos o simplemente párrafos, que sirven como vehículo de interconexión en el desenvolvimiento de la misma. De esta forma el lector se encuentra frente a un dilema al tratar de resolver el contrapunteo que genera el clímax en su intento por saber quién está contando y quién está generando semejante embrollo, en el que hasta el autor-narrador juega de personaje con sus amigos: “Octavio Escobar y Philip Potdevin son dos de los escritores jóvenes más importantes del país, incluso del último tuve noticia a las pocas horas, por boca de Octavio Arbeláez”. Esta técnica presenta ciertas dificultades por la cantidad y calidad de ideas, los numerosos sucesos englobados, reelaborados y el cambio permanente de situaciones, unificadas en acciones y pasiones por el sentido sobrecogedor de las diversas expresiones temáticas. En efecto, los signos, símbolos y hombres, constituyen la estructura sobre la que se fundamenta la realidad histórica y la “relación” de una pareja de lesbianas que hacen el amor públicamente; un matrimonio en permanente crisis y una pareja de amantes destruida por la fatalidad. Esa especie de paralelismo, el orden, el desorden y el caos, no parecen dejar salvación, al no existir en un momento dado distinción entre voluntad, pensamientos y los hechos que se van dando, lo que implica una serie de acontecimientos sobre los cuales el lector debe ser sumamente cuidadoso para su entendimiento porque, a veces son diálogos de corte filosóficos, otras veces son cuestionamientos o señalamientos sobre el conflicto socio-político colombiano; en algunas ocasiones son reflexiones a partir del comportamiento del matrimonio en crisis y, en otras, es la relación de la pareja de amantes que culmina en tragedia.
OCTAVIO ESCOBAR GIRALDO. Nació en Manizales, en 1962. Ha publicado los libros: El diario de Tony Flowers, 1995; Saide, 1995, con el que obtuvo el Premio Nacional de Novela Negra. Los libros de cuento: El color del agua, 1993; Las láminas más difíciles del álbum, 1995, Premio Confamiliar del Atlántico de Literatura Infantil y Juvenil; La posada del Almirante Benbow, 1997; De música ligera, 1998, Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura de Colombia. En el 2002 ganó el Premio Nacional de Cuento de la Universidad de Antioquia con el volumen Hotel en Shangai. En el mismo año ganó la Octava Bienal Nacional de Novela “José Eustasio Rivera” con El Álbum de Mónica Pont. Cuentos suyos han sido traducidos y publicados en antologías en Bulgaria y Alemania. Actualmente es profesor de la Universidad de Caldas.
NOVENA BIENAL NACIONAL DE NOVELA “JOSÉ EUSTASIO RIVERA” 2004
OBRA PREMIADA: DIOS PUSO UNA SONRISA SOBRE SU ROSTRO
AUTOR: WINSTON MORALES CHAVARRO
ACTA DEL JURADO
En la ciudad de Ibagué, Biblioteca Darío Echandía, el lunes 6 de septiembre de 2004, a las 12:30 m, el jurado calificador conformado por Guiomar Cuesta Escobar, Antonio Iriarte Cadena y Benhur Sánchez Suárez, después de leer cuidadosamente y discutir la calidad literaria de las obras presentadas al Concurso, llegamos, por decisión unánime, al siguiente veredicto:
Otorgar el Primer y Único Premio a la novela
“Dios puso una sonrisa sobre su rostro”,
Firmada con el seudónimo de Giordano Bruno.
El jurado considera que en la novela hay un buen trabajo de reflexión, original y sugestivo, acerca de la muerte, vista desde la otra orilla. Es decir, desde la vertiente no racionalista ni occidental, tal vez más cercana a la visión oriental del misterio de la muerte, desligada por completo del tinte terrorífico y trágico con el que miramos los occidentales. Se notan las abundantes y selectas lecturas del autor. No es difícil deducir que tiene un gran conocimiento de algunos poetas notables y una fina sensibilidad estética. El lenguaje, en general, pulcro, en ocasiones hermoso. Hay un manejo interesante de la estructura a partir de la organización de los capítulos en los que combina la música y la poesía con la realidad ineludible de la muerte.
El jurado considera, además, pertinente felicitar a la Fundación por mantener la continuidad de este certamen literario en beneficio de las letras colombianas, reconocer la calidad de al menos seis novelas participantes, lo cual implica el buen nivel en que se encuentra la narrativa colombiana, y abstenerse de promulgar novelas finalistas pues, dada su calidad, estas podrían quedar señaladas y no tendrían, eventualmente, oportunidad de participar en futuros concursos de la misma índole.
En constancia firman los jurados
(Fdo.) Guiomar Cuesta Escobar
(Fdo.) Benhur Sánchez Suárez
(Fdo.) Antonio Iriarte Cadena
VISIONES FUERTES E INTENSAS FRENTE AL ESPEJO
En la novela de Winston el sonido está asociado con la muerte, apuntando, de manera razonable, evocativa y fascinante, a una extraña fusión de los sentidos, lo que deja entrever ciertos placeres sensoriales entre la música de la morgue y el mutismo silencioso, formando una especie de devoción mística, muy próxima a los sonidos cavernosos de los pies de los cadáveres, mientras las palabras, la música y los sonidos persisten de manera suave, dulce y perturbadora, manteniendo una visión fuerte e intensa frente al espejo de la sala del hospital, donde una luz cálida permite establecer la diferencia que hay entre los muertos y él. Esa explicación, que comprende a “posteriori”, le permite recordar que la madre siempre se paraba frente al espejo para darle la bendición antes de salir para el colegio; entonces la veía distinta, adornada de collares, pero él, de manera extraña, no se reflejaba, parecía incoloro, opuesto a su madre, como una larga sucesión de descargas plateadas que se van perdiendo en la idea del castigo de Dios por renegar de la misa. En la medida en que matiza y estructura todos los asuntos de la morgue, esas imágenes se vuelven imborrables al convertirla en realidad percibida de los asuntos que lo rodean: neveras, camillas, los pies de los muertos, el brillo de los congeladores, los sonidos flotando en una especie de vacío y repetidos en ecos, con lo que nuclea y establece los nexos de la trama, en la que cada suceso parece repetirse, lo que está implícito desde el primer momento en que llega a la morgue y se encuentra con el cadáver de la joven; por lo que empieza a considerar que es mejor ver los difuntos a través de la vidriera y no directamente en el ataúd porque la muerte es como un viaje a la luz, como una tercera dimensión que se repite al hacer el amor, porque los orgasmos están directamente relacionados con los muertos. Cada suceso reconstituye en la sombra del siguiente al ir arrojando luces que dan referencias del encadenamiento temático, lo que se ve al recoger los Cds de la maleta que llevaba día y medio en el rincón, de donde parecía fluir música; sin embargo, no recordaba haber escuchado esa banda, influida por grupos ingleses de los 70´s y los 80´s.
WINSTON MORALES CHAVARRO. Nació en Neiva, en 1969. Comunicador social de la Universidad Surcolombiana de Neiva. Primer Puesto en el Concurso Nacional de poesía de la Universidad del Quindío, y segundo premio en el Concurso Nacional de Poesía “Ciudad de Chiquinquirá” en el año 2000. Libros: Aniquirona, 1998; La lluvia y el Ángel (coautoría); De Regreso a Schuaima, 2001; Memorias de Alexander de Brucco, 2002. Incluido en las antologías Crónica poética del Huila, Nuevas Voces de fin de siglo, Emociones-Brasil, y “Por los bellos, por los verdes países” del Ministerio de Cultura, 2002. Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, 2001.
Ganó la Novena Bienal Nacional de Novela José Eustasio Rivera con Dios puso una sonrisa sobre su rostro.
DECIMA BIENAL NACIONAL DE NOVELA “JOSÉ EUSTASIO RIVERA”, 2006
OBRA PREMIADA: AFUERA ESTABA LA NOCHE
AUTOR: ADOLFO ARIZA NAVARRO
ACTA DEL JURADO
Reunidos en Bogotá, los escritores Alonso Aristizábal, Isaías Peña Gutiérrez y Jorge Consuegra, el día 15 de septiembre, decidieron de común acuerdo otorgar el primer y único premio a la novela Afuera estaba la noche presentada bajo el seudónimo de Lela Marién, al considerarla con óptimas cualidades y estructuras literarias, además del tema contemporáneo y con un tratamiento gramatical realmente excepcional, con oficio de escritor, excelentemente elaborada.
Valga la ocasión para motivar e incentivar a los organizadores de la Bienal de Novela José Eustasio Rivera para seguir apoyando la creación literaria ya los creadores que a lo largo de los años han continuado participando convencidos de la seriedad e importancia del concurso.
Los jurados están convencidos, de que a lo largo de estas dos primeras décadas, esta Bienal se ha consolidado, convirtiéndose al mismo tiempo en el único concurso que ha logrado mantenerse a pesar de las afugias que han padecido los demás galardones a nivel nacional.
Creemos que este concurso exalta la memoria de Rivera ante las nuevas generaciones.
Muy cordialmente,
Alonso Aristizabal
Isaías Peña Gutiérrez
Jorge Consuegra
LOS GUERREROS INVISIBLES DE LA TRAGEDIA
Adolfo nació en la población de La Avianca, en el departamento del Magdalena desaparecida por una matanza de los paramilitares. Este asunto lo plasma en su obra, en donde ahonda en la experiencia, el pensamiento y el sentir de hombres y mujeres víctimas de ese horroroso suceso, mientras recuerda los caballos que su padre amarraba de las ramas de un viejo laurel, a un lado del portón desvencijado, el suelo cubierto de extraña grama, reseca y marchita y un poco más arriba la silla, ahora sola, en que se sentaba el abuelo a pensar por las tardes y a decir que allá en esa loma debía construirse la casa, porque allí llegaba una brisa que le daba precios a la tierra, al ganado, y proporcionaba la ideas sobre lo trágico de la vida de su padre y su familia.
El narrador deja entrever el proceder asociativo de los personajes y de los asuntos, que configuran la tragedia y conducen a rememoraciones por los amores perdidos que enfrentan con asesinatos indiscriminados, el suicidio del padre, que sacude los rasgos de pobreza bajo el manto de la noche en un “mea culpa”; a los que se suma el víacrucis de los desplazados, las venganzas y, sobre todo, los fantasma de los muertos. Estos fantasmas son los guerreros invisibles de la tragedia, en donde el canto de las aves está circunscrito al regreso, al origen primigenio, a la nada del entorno; es decir, nos encontramos frente a la desidia y el abandono estatal, de manera que los frecuentes rumores y la impotencia ante la complicidad en la masacre, es otra manera de dejarnos ver la realidad a través de una transfiguración compleja de la crisis, por ejemplo, al narrar los asuntos cotidianos recurre a la palabra-imagen para llevarnos a su insaciable desahogo con la joven que sigue recordando al padre con su puerca tigrilla llamada Camila, el nombre que su madre no le quiso dar a ella y que su padre, después, le puso al hijo que tuvo con una puta: Camilo, llamado el “Cerdito”.
La narración va construyendo el asombro, el deslumbramiento, mediante una gran carga significativa, al reflejar el trasegar enriquecido mediante la conexión constante de las vivencias reveladas en el garaje, alguna vez convertido en galpón, colmado de telarañas, hierro viejo, cucarachas muertas, murciélagos, ratas y el capó de la camioneta empolvada sirviendo de nido a las gallinas.
ADOLFO ARIZA NAVARRO. Nació en la extinta población de la Avianca, Magdalena el 16 de febrero de 1962. Ex - integrante del Taller de Escritores Gabriel García Márquez de Bogotá con el que publicó los cuentos “A la hora de hacer las cuentas” y “El último error”.
Ganador del Segundo Premio Nacional de Cuento Confamiliar del Atlántico en 1990. Finalista en el Concurso Nacional de Novela Plaza & Janés ese mismo año.
En el 2000 el Ministerio de Cultura incluye uno de sus cuentos “La Enredadera”, en el volumen “Veinte asedios al amor y a la muerte”, cuento colombiano al borde del siglo XXI. En 2005, ganó el Concurso Nacional de Poesía organizado por la Sociedad de Escritores del Atlántico y fue finalista del concurso de cuento de la misma organización. En 2006, ganó el Premio de Poesía “Julio Flórez”, de la Casa Museo del Municipio de Usiacurí, con el poemario “Las cosas que me cuento mientras me desvaran el carro”. También ganó el premio Nacional de Poesía de la Universidad Metropolitana de Barranquilla con el libro “Poema inicial”.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
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